Invertir en los mercados financieros es complejo y está lleno de potenciales peligros para los inversores. Si usted es un inversor a largo plazo, entender y evitar las trampas más comunes en las que caen los inversores puede mejorar su capacidad de alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo. En este artículo, te hago conocer 10 de los errores de inversión más comunes y cómo evitarlos.
1- Dejar que las emociones influyan en su toma de decisiones
Las fuertes fluctuaciones del mercado (volatilidad) pueden hacer que los inversores modifiquen sus carteras basados en emociones como el miedo o la codicia. Dejar que las emociones guíen sus decisiones de inversión podría dar lugar a una estrategia carente de cohesión y disciplina y, por tanto, poner en peligro sus objetivos financieros a largo plazo. Por ejemplo, si usted es un inversor a largo plazo que necesita crecimiento para alcanzar sus objetivos financieros, al vender acciones después de una fuerte caída del mercado materializaría las pérdidas y se perdería el posible siguiente rebote de los valores. Si el mercado se recupera mientras usted no está invertido, podría suponer un enorme coste de oportunidad. Sus propios sentimientos pueden llevarle al engaño y ser contraproducentes a la hora de invertir. Si tiene un largo horizonte temporal de inversión (el tiempo que necesita que dure su cartera), es importante que tenga en cuenta esa visión a largo plazo. En estos casos, la paciencia y la disciplina durante los periodos de turbulencia del mercado pueden ser herramientas muy importantes.
2- Confiar en las reglas generales del sector
La gente tiende a confiar en las prácticas habituales del sector. Confiar en ellas puede ser útil en otros aspectos de la vida personal y profesional, pero las normas generales de inversión a menudo son demasiado generales y no tienen en cuenta sus objetivos individuales y su situación personal. Por ejemplo, según algunos asesores, su asignación de renta variable solo debe regirse por su edad; por ejemplo, «reste su edad de 100 y esa es su asignación óptima de acciones». Sin embargo, este tipo de regla ignora por completo el hecho de que dos personas de la misma edad pueden tener horizontes temporales de inversión, situaciones personales y objetivos financieros completamente diferentes. En lugar de basarse en reglas demasiado generales, es más prudente personalizar la estrategia de su cartera de inversión a largo plazo.
3- No tener en cuenta sus objetivos de inversión en su cartera
Algunos inversores nunca dedican el tiempo necesario a identificar sus objetivos de inversión a largo plazo y no consiguen crear estrategias de cartera adecuadas para ellos. A menudo, los inversores cometen el error de intentar evitar por completo la volatilidad a corto plazo de la renta variable, a pesar de que necesiten el potencial de crecimiento a largo plazo de esa renta variable para alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo. Aunque optar por una estrategia de bajo crecimiento a largo plazo puede parecer seguro y prudente, podría aumentar el riesgo de no alcanzar sus objetivos de inversión a largo plazo. La estrategia óptima para su cartera debe tener en cuenta factores como su situación personal, su salud, sus necesidades de liquidez y sus objetivos financieros a largo plazo.
4- Ignorar el efecto de la inflación
A la hora de invertir dinero para la jubilación, no debe subestimar el efecto a largo plazo de la inflación, incluso si hay un periodo prolongado de baja inflación. Un aumento mínimo de la inflación puede afectar considerablemente al poder adquisitivo de su cartera a largo plazo. Su propia tasa de inflación personal también puede ser mucho más alta que la media si gasta más en bienes y servicios con alta inflación. A lo largo de períodos prolongados, la inflación puede provocar una disminución gradual del poder adquisitivo y afectar su nivel de vida. Asegúrese de que su plan de jubilación puede seguir el creciente ritmo de los precios y no subestime el efecto de la inflación.
5- Invertir en pocos valores
Si crea una cartera centrada en unas pocas empresas de la misma industria, país o sector, puede aumentar el riesgo de concentración. Eso significa que si algo va mal en la categoría en la que está fuertemente invertido, podría tener un efecto excesivo en su cartera en comparación con un enfoque más diversificado. Debería considerar la posibilidad de repartir sus inversiones entre empresas, países y sectores para mitigar el riesgo y aumentar la probabilidad de alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo.
6- Equiparar los ingresos y el flujo de caja
Algunos inversores desconocen la diferencia entre ingresos y flujo de caja. El flujo de caja se refiere al dinero que retira de su cartera de inversiones. Los ingresos son un subconjunto del flujo de caja, ya que se refieren al dinero pagado por sus inversiones, como los dividendos y los intereses. Aunque desee crear flujo de caja para cubrir sus gastos de subsistencia, no tiene por qué invertir únicamente en valores que generen ingresos —como la renta variable con altos dividendos y los valores de renta fija— para cubrir sus gastos. Invertir únicamente en valores de renta variable que pagan dividendos o en valores de renta fija podría dejarle excesivamente concentrado en ciertos tipos de valores o dar lugar a una combinación de activos que no sea coherente con sus objetivos financieros. Dependiendo de su situación, puede considerar la posibilidad de generar flujo de caja vendiendo estratégicamente valores y retirando el efectivo generado. Centrarse en la rentabilidad total (revalorización del capital más ingresos) podría ayudar a crear una estrategia de flujo de caja para la jubilación que sea más eficiente.
7- Subestimar su horizonte temporal de inversión
Muchos inversores subestiman sus propias expectativas de vida y sus horizontes temporales de inversión, es decir, el tiempo que necesitan que duren sus carteras. Dados los continuos avances de la medicina y las ciencias de la salud, quizá sea prudente sobrestimar su horizonte temporal de inversión. Si no planifica el tiempo suficiente, podría quedarse sin dinero antes de tiempo, lo que podría dejarle a usted, a su cónyuge o a otras personas a su cargo en una situación desesperada.
8- Ignorar los mercados de valores extranjeros
El mercado de renta variable de su región geográfica solo representa un pequeño porcentaje de toda la renta variable mundial. Usted expone su cartera a un riesgo adicional si únicamente la expone a la situación macroeconómica y política de su región de origen. En cambio, invertir en muchos países diferentes amplía las posibilidades de crecimiento y reduce el riesgo de que una nueva ley, una catástrofe natural, un conflicto regional u otro problema en su país de origen tenga un efecto enormemente negativo en sus inversiones.
9- No saber frenar las pérdidas.
Dicho lo anterior, tampoco se trata de invertir y olvidarte de ello con independencia de lo que sucede en el mercado y a tu alrededor. Un consejo: revisa tus inversiones pero sin agobiarte, por ejemplo, cada trimestre, semestre o año. Entonces, pregúntate si la estrategia del producto financiero elegido sigue alineada con la tuya. Y determina las minusvalías que estás dispuesto a asumir, tanto de valores como de la propia cartera. Es lo que llamamos: poner un “stop loss”. Reflexiona sobre el tema para no autoengañarte pensando que el valor puede rebotar al alza –asumir pérdidas cuesta psicológicamente más–, en estos momentos es imprescindible tener un asesor financiero (IFA) confiable.
10- Dejarte llevar por las modas.
No inviertas en algo solo porque está de moda o porque te lo recomiende tu mejor amigo. No hagas de las redes sociales o conversaciones informales tu fuente de información. No inviertas en nada que no conozcas a profundidad. Lo mejor, buscar un buen asesor que te ayude a encontrar la forma de construir una cartera a tu medida. Y recuerda que todo activo financiero tienes estos tres elementos:
- Rentabilidad: cuanto más interés aporta el activo mayor es su rentabilidad.
- Riesgo: probabilidad de que el emisor no cumpla sus compromisos. Cuanto mayor sea el riesgo, mayor será la rentabilidad y a la inversa.
- Liquidez: la facilidad de convertir el activo en dinero.
Cómo evitar los errores de inversión
Para evitar errores de inversión, la educación financiera y la planificación son esenciales. Puede encontrar recursos educativos en internet o trabajar con un profesional de la inversión ( IFA – Asesor Financiero Internacional) que le ayude en tiempos turbulentos. En general, puede evitar muchos de estos errores clásicos de inversión identificando sus objetivos financieros a largo plazo, adaptando su estrategia de cartera a su situación personal y manteniéndose disciplinado con esa estrategia, resistiendo el impulso de tomar decisiones de inversión basadas en emociones como el miedo y la codicia. Por supuesto, todo esto es más fácil de decir que de hacer, incluso para los inversores experimentados.