Emprender quiere decir “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño…” y como todo lo que se empieza está destinado a que hayan errores. En este artículo te quiero exponer cuáles son esos errores financieros más comunes y más costosos que he detectado que los emprendedores cometemos.
¿El objetivo? Qué analices si estás ahí, en alguno de ellos y lo corrijas, o que los identifiques para no caer en ellos. Y es que, en su mayoría, estos errores se cometen por inexperiencia o por tratar de reducir costos y, como te imaginarás, termina sucediendo lo contrario: son errores que cuestan caro.
A continuación los 8 típicos errores financieros que he visto en estos años a muchos emprendedores cometer y cómo evitarlos.
1. Sobrestimar qué tan rápido serás rentable
Si hay algo de lo que todos pecamos al emprender es de positivismo, especialmente en lo que se refiere a las utilidades. La típica es que juras que vas a abrir tu negocio e inmediatamente tendrás filas de clientes esperando. No, lamento decírtelo pero no pasa así.
De hecho, construir una empresa estable que consistentemente genere ganancias toma tiempo, mucho tiempo. Conozco a decenas de emprendedores que les ha tomado entre 6 meses y 2 años, generalmente 18 meses.
Por esto te recomiendo analizar bien cuándo vas a llegar al punto de equilibrio ya que si no te has fondeado adecuadamente las finanzas de tu negocio, al igual que tus personales y familiares, pueden deteriorarse y esto afectará a tus relaciones y tu capacidad productiva.
2. Mezclar tus finanzas con las de la empresa
Éste es otro súper típico y, de hecho, algo de lo que sufren no solo los nuevos emprendedores sino también muchos que ya llevan varios años en el negocio.
Mezclar tus fondos personales y empresariales debería ser un gran NO para todos. Por un lado, es una pesadilla al momento de pagar impuestos basadas en tus ganancias o pérdidas reales, y además, no te permite saber cuánto dinero tu negocio está haciendo realmente o si estás perdiendo… en suma, no puedes saber cómo te va financieramente.
Finalmente, si alguna vez necesitas solicitar un préstamo empresarial o quieres invitar a un socio, tendrías que mostrar tus estados financieros y éstos estarían mezclados con tus finanzas personales, lo que lo haría imposible de conseguir.
La solución es mantener cuentas separadas y fijarte un salario.
3. No estar encima de tu contabilidad
Sí, entiendo que la contabilidad no sea la parte más divertida o emocionante de tu negocio. Probablemente, incluso, ni siquiera entiendes los números que ves. Sin embargo, son muchos los negocios que pierden dinero u oportunidades de negocio/mejora/inversión por no estar pendiente de sus cifras.
Como dueño de una empresa, tu contabilidad es algo de lo que debes estar pendiente y te prometo que la frecuencia con que lo hagas te irá facilitando las cosas y hasta le irás encontrando el sabor y utilidad. Así que hazte el favor de reservar un par de horas cada semana para evaluar tus números: facturas, recibos, cuentas por pagar y cobrar, etc. Y si ya tienes un contador y una contabilidad hecha y derecha, pídele a tu contador, o busca un coach financiero, que te enseñe a leer estados financieros, la luz para tu empresa está ahí.
4. Contratar un mal contador
Y muy relacionado con el punto anterior está éste: un buen contador es indispensable para tu emprendimiento. No solo te ayuda a declarar tus impuestos correctamente, sino que también te puede dar recomendaciones, basadas en tus estados financieros, para ahorrar dinero en la empresa; así como a manejar tu nómina correctamente, estar al día con las últimas leyes laborales y a preparar estados financieros y documentación necesaria si llegas a necesitar financiamiento o un nuevo socio. ¡Ah! Y si alguna vez sos auditado, será la primera persona a quien busques.
5. No planificar tus impuestos
Éste, digo yo, es un típico error de principiante: cobras impuestos en tus facturas y cuando te pagan, asumes que todo es tuyo –o de la empresa- y lo usas en tu cashflow. Cuando llega el momento de pagar impuestos, no tienes ese dinero. El tiempo te va enseñando que debes separar lo que le corresponde al fisco para ser puntual en tus pagos y evitar multas y otros problemas.
6. No establecer un fondo de emergencia
Y no me refiero al típico fondo de tus finanzas personales, porque recuerda que en el punto #2 hablamos de NO mezclar tu dinero: me refiero más bien a un fondo para tu empresa. Lo que buscas es cubrir tus gastos empresariales por 3-6 meses sin tener que recurrir a deuda adicional.
Aunque algunos recomiendan pedir una línea de crédito en caso que esto suceda, e irlo pagando con el tiempo, yo prefiero ser precavido y si estás siendo rentable, es mejor ir dejando un pequeño colchón para los meses de vacas flacas. Creo que los préstamos deberían ser más bien para invertir y crecer.
7. Desestimar la importancia de los seguros
Muchos latinos no creen en los seguros, ni en su vida personal y menos en el mundo profesional. Pero considera que tu oficina es robada y se te llevan todas las computadoras, ¿con qué seguirías operando? O imagínate que hay un incendio en tu tienda y pierdes todo tu inventario e inversión, ¿cómo volverías a comenzar? En cualquiera de estos casos y más, sin un seguro tu serás el único responsable de cubrir estos pagos y la mayoría de las veces es dinero con el que no contamos. Los seguros se convierten en una inversión que está ahí para tus momentos de mayor necesidad.
8. Pedir préstamos empresariales sin un plan
Y éste, además de ser típico, puede llevarte a la ruina: es algo que me ha tocado ver en decenas de emprendedores. Puede sonar obvio, pero antes de pedir –o aceptar- un crédito, debes tener claro cuál es el uso que le vas a dar e, idealmente, tiene que ser para invertir y generar más dinero, más negocio, mayor retorno.
El error que he visto seguido es pedir préstamos para sufragar gastos mensuales por problemas de flujo y, una vez que reciben el dinero que esperaban, no devuelven el préstamo al banco, sino que se empieza a gastar en otras cosas. El resultado es que como este préstamo no generó más dinero, mes a mes se dificulta pagarlo, afectando directamente al flujo de caja, y se puede caer en un círculo vicioso de préstamos para cubrir préstamos.
Como verás, son muchos y variados los errores financieros en los que podemos caer al emprender y éstos no son los únicos. Pero si eres capaz de evitarlos, podrás establecer una base sólida para tu negocio y encaminarte al éxito financiero.
¿Y tú? ¿Cuáles de estos errores financieros has cometido o estás cometiendo? ¿Por cuáles otros errores has pasado? ¿Qué es lo más difícil cuando de manejar el dinero de tu empresa se trata?
Necesitas tomar control de finanzas? Sientes que necesitas ayuda? Siempre puedes contratar un coach o consultor financiero financiero.