Sin duda, el saber con qué cantidad empezar a invertir es una de las preguntas más comunes. Sin importar a qué edad empieces en el mundo de las inversiones, esta duda estará siempre en tu mente.
Y la verdad es que no existe respuesta correcta, pero aquí te daremos algunas recomendaciones que te ayudarán a tomar esta importante decisión.
Considera estos 4 pasos:
1. Fija tus metas – Todos tenemos metas: formar una familia, estudiar una maestría o alcanzar una cómoda jubilación. Estas metas no sólo te brindarán un objetivo tangible, sino también te darán motivación para seguir adelante.
Al principio, tus ingresos podrán parecer insuficientes para alcanzar tus metas. Pero no importa cuánto dinero ganes. Nadie se hace millonario de la noche a la mañana; deberás ser disciplinado y recordar que tus ingresos (e inversiones) seguirán creciendo con el tiempo.
2. Crea un plan de gastos – No gastes más de lo que tienes; este es un error muy común y costoso. Tu plan de inversión no debe poner en riesgo el cumplimiento de tus obligaciones ni tu gasto corriente.
Primero agrupa tu gasto corriente – los gastos fijos mensuales que no puedes ignorar (renta, colegiaturas, préstamos, supermercado, etc.). Luego agrupa tus gastos discrecionales – “los lujos” de los que puedes prescindir para sobrevivir (restaurantes, entretenimiento, etc.). Si la suma de ambos rebasa tu ingreso mensual, deberás ajustar tu estilo de vida y recortar tu gasto discrecional.
Es muy importante que no caigamos en la idea de que el ahorro (en este caso el dinero que destinaras a tu inversión) es únicamente el restante de tus ingresos, si no que deberá de ser un monto agregado que se encuentre de manera fija en tu plan de gastos. Solo así podrás tener la disciplina y la certeza de que ese dinero se destinara a lograr tu objetivo final.
3. Reserva un porcentaje de tu ingreso – La mayoría de los planificadores financieros sugieren ahorrar entre el 10 % y el 15 % de tus ingresos anuales. Si suponemos que tus ingresos aumentan 4% cada año, tu ahorro e inversión también crecerán proporcionalmente cada año.
Dicho de otra manera, primero cubre tus gastos fijos, luego aparta tu ahorro mensual, y sólo si te sobra podrás pensar en gasto discrecional.
4. Invierte de acuerdo con tu perfil de riesgo – La clave del éxito en inversiones es la paciencia. Recuerda que, idealmente, el dinero que destines a tu inversión será utilizado en el largo plazo, por lo que estarás renunciando a este dinero (y las utilidades generadas) en el presente.
Si comienzas a los 30 años, tendrás un largo horizonte que te permitirá tomar mayor riesgo. Conforme te acerques a tu meta (la jubilación, por ejemplo), deberás reducir el riesgo en tu portafolio para proteger tu dinero y poder aprovecharlo en el momento deseado.
En conclusión, el monto inicial no es tan importante como parece, lo importante es ahorrar invirtiendo y empezar YA. Hoy en día existen múltiples plataformas que te permiten invertir desde tu celular. Si tienes dudas, consulta a un profesional.
Por: Karla Borja V.