Cuando se trata de armar un portafolio de inversiones, una de las primeras decisiones que se debe tomar es elegir entre renta fija o renta variable del mercado de valores.
La respuesta correcta depende de muchas cosas, incluida la experiencia del inversionista, su edad y la filosofía de inversión que planea utilizar.
El mercado de valores es un mecanismo al que acuden personas para invertir en instrumentos que le produzcan eventualmente una ganancia. Aquí se compran y venden valores negociables, llámese acciones, bonos, instrumentos de corto plazo, etc.
Lo interesante es que el mercado de valores ofrece diversas alternativas de inversión de acuerdo a las necesidades de las personas, en términos de rendimiento, liquidez y riesgo.
Renta fija
La renta fija es un enfoque de inversión centrado en la preservación del capital y los ingresos. Por lo general, incluye inversiones como bonos gubernamentales y corporativos, certificados de depósito y fondos del mercado monetario. La renta fija puede ofrecer un flujo constante de ingresos con menos riesgo que las acciones.
¿Cuáles son los beneficios de la renta fija?
Dependiendo de sus objetivos financieros, las inversiones de renta fija pueden ofrecer muchos beneficios, que incluyen:
Diversificación del riesgo bursátil
En general, se entiende que la renta fija conlleva un riesgo menor que las acciones. Esto se debe a que los activos de renta fija generalmente son menos sensibles a los riesgos macroeconómicos, como las recesiones económicas y los eventos geopolíticos.
Si estás buscando aumentar tus inversiones patrimoniales con el tiempo para ahorrar para la jubilación u otras metas a largo plazo, probablemente tengas una cantidad significativa de acciones en tu cartera. Pero al asignar una parte de tu cartera a inversiones de renta fija, puedes ayudar a compensar las pérdidas cuando los mercados bursátiles cambien.
Preservación de capital
La preservación del capital significa proteger el valor absoluto de la inversión a través de activos que tienen un objetivo establecido de devolución del dinero. Los inversionistas que están más cerca de la jubilación pueden confiar en sus inversiones para proporcionar ingresos.
Debido a que la renta fija generalmente conlleva menos riesgo, estos activos pueden ser una buena opción para los inversionistas que tienen menos tiempo para recuperar las pérdidas. Sin embargo, debe tener en cuenta el riesgo de inflación, que puede hacer que sus inversiones pierdan valor con el tiempo.
Retornos
Algunos activos de renta fija ofrecen el potencial de generar retornos atractivos. Los inversores pueden buscar mayores rendimientos asumiendo más riesgo de crédito o riesgo de tasa de interés.
Generación de ingreso
Las inversiones de renta fija ayudan a generar una fuente constante de ingresos. Los inversionistas reciben una cantidad fija de ingresos a intervalos regulares en forma de pagos de cupones en sus tenencias de bonos.
¿Cuáles son los riesgos asociados con la renta fija?
Existen cuatro riesgos principales asociados con la renta fija:
1. Riesgo de tipo de interés
Cuando las tasas de interés suben, los precios de los bonos caen, lo que significa que los bonos pierden valor. Los movimientos de las tasas de interés son la principal causa de la volatilidad de los precios en los mercados de bonos.
2. Riesgo de inflación
La inflación es otra fuente de riesgo para los inversionistas en bonos. Los bonos proporcionan una cantidad fija de ingresos a intervalos regulares, pero si la tasa de inflación supera esta cantidad fija de ingresos, el inversionista pierde poder adquisitivo.
3. Riesgo crediticio
Si invierte en bonos corporativos, asume el riesgo de crédito además del riesgo de tasa de interés. El riesgo de crédito (también conocido como riesgo comercial o riesgo financiero) es la posibilidad de que la empresa que emitió el bono pueda incumplir su obligación de deuda. Si esto sucede, el inversionista puede no recibir el valor total de su inversión principal.
4. Riesgo de liquidez
El riesgo de liquidez es la posibilidad de que un inversionista quiera vender un activo de renta fija, pero no puede encontrar un comprador.
Es importante saber que se pueden gestionar estos riesgos diversificando las inversiones dentro de su cartera de renta fija.
Renta variable
A diferencia de la renta fija, invertir en renta variable no garantiza la recuperación del capital invertido ni la rentabilidad de la inversión, incluso puede ocurrir que la rentabilidad sea negativa y que se pierda el dinero invertido.
Las acciones de empresas son el claro ejemplo de la renta variable. Los inversionistas compran acciones de una empresa con la expectativa de que aumenten su valor en forma de ganancias de capital o generen dividendos de capital.
Si una inversión de capital aumenta de valor, el inversionista recibiría la diferencia monetaria si vendiera sus acciones, o si los activos de la compañía se liquidan y se cumplan todas sus obligaciones.
La ganancia de las acciones depende de múltiples factores como la evolución de la empresa en la que se invierte, su situación financiera y operativa, el comportamiento de los mercados financieros internos y externos, así como el ciclo económico del país.
Beneficios de la renta variable
El principal beneficio de una inversión de capital es la posibilidad de aumentar el valor del capital invertido en forma de ganancias de capital o dividendos. Las acciones pueden fortalecer la asignación de activos de una cartera agregando diversificación.
Alto rendimiento
La tendencia a largo plazo del mercado de valores ha sido indudablemente al alza. Las acciones tienen el mayor rendimiento de cualquier activo de inversión a largo plazo, pues el mercado de valores ha crecido en un promedio de más del 10 por ciento anual durante los últimos 50 años.
Liquidez
El mercado de valores es bastante líquido, ya que todos los días los inversionistas compran y venden sus acciones. Cuando se desea retirar efectivo, es rápido y fácil encontrar un comprador en comparación con otros activos que son mucho más difíciles de vender. Si se invierte en bienes raíces, podría llevar meses encontrar un comprador y sacar el dinero, mientras que con las acciones se puede encontrar un comprador al día siguiente.
Invierte dependiendo de tu perfil
Tomando en cuenta las ventajas y desventajas que tiene la renta fija y la renta variable, la pregunta que surge es ¿qué comprar y cuánto?
Para responder esa pregunta se debe analizar cuál es el perfil del inversionista, pues de ahí se determinará qué porcentaje de las inversiones debe ser en acciones y en bonos.
Conservador:
Un inversionista conservador valora la protección del capital frente a la búsqueda de ganancia. Éste se siente cómodo aceptando rendimientos más bajos para un mayor grado de liquidez y/o estabilidad, pero busca principalmente minimizar el riesgo y la pérdida de capital.
Conservador moderado:
Un inversionista moderadamente conservador valora la preservación del capital, pero se siente cómodo aceptando un pequeño grado de riesgo y volatilidad para buscar algún grado de rendimiento. Desea una mayor liquidez, está dispuesto a aceptar rendimientos más bajos y está dispuesto a aceptar pérdidas mínimas.
Moderado:
Un inversionista moderado valora la reducción de riesgos y mejora la rentabilidad por igual. Está dispuesto a aceptar riesgos modestos para buscar mayores rendimientos a largo plazo, por lo que puede soportar una pérdida de capital a corto plazo y un menor grado de liquidez a cambio de una apreciación a largo plazo.
Crecimiento moderado:
Un inversionista de crecimiento moderado valora los rendimientos más altos a largo plazo y está dispuesto a aceptar riesgos considerables. Se siente cómodo con las fluctuaciones a corto plazo a cambio de buscar una apreciación a largo plazo. Está dispuesto a soportar mayores pérdidas de capital a corto plazo a cambio por el potencial de mayores retornos a largo plazo, mientras que la liquidez es una preocupación secundaria.
Moderadamente agresivo:
Un inversionista moderadamente agresivo valora principalmente los rendimientos más altos a largo plazo y está dispuesto a aceptar un riesgo significativo. Cree que los rendimientos más altos a largo plazo son más importantes que proteger el capital, por lo que puede soportar grandes pérdidas a favor de rendimientos a largo plazo potencialmente más altos. La liquidez puede no ser una preocupación.
Agresivo:
Un inversionista agresivo valora maximizar los rendimientos y está dispuesto a aceptar un riesgo sustancial. Maximizar los rendimientos a largo plazo es más importante que proteger el capital. Puede soportar una gran volatilidad y pérdidas significativas. La liquidez no es una preocupación.
Conclusión:
Las inversiones de renta fija presentan una baja rentabilidad y un bajo riesgo, mientras que las inversiones de renta variable presentan una alta rentabilidad y alto riesgo. Al diversificar las inversiones, adquiriendo inversiones tanto de renta fija como variable, se disminuye el riesgo de pérdida en la inversión.
La proporción de las inversiones que se coloquen en el portafolio dependerá de los objetivos que tenga el inversionista dependiendo de su perfil. Si se desea mayor rentabilidad, mayor deberá ser el porcentaje de inversión en renta variable; y mientras menor sea la tolerancia al riesgo, mayor deberán ser las inversiones de renta fija.